Helena está estudiando el último año de preparatoria. En unos meses elegirá carrera universitaria y algunos de sus amigos estudiarán ingenierías, y otros ciencias. La tecnología siempre ha sido su pasión, por eso le atraen las carreras relacionadas con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Al explorar todas las posibilidades laborales que tendría en ese campo de estudio, Helena se dio cuenta de que su trabajo podría impactar en muchos ámbitos de la vida de las personas, como la educación, la salud física y mental, el entretenimiento, entre muchos otros.
Además, Helena leyó un artículo donde se asegura que debido al uso cada vez mayor de la digitalización, las empresas buscan a profesionistas que tengan conocimientos de desarrollo web, ciberseguridad, análisis de datos y gestión de proyectos tecnológicos.
Sin embargo, también escuchó a unas compañeras decir que, a nivel mundial solo el 28 % de las mujeres se dedican a la ingeniería o a la tecnología. Esto la desanimó un poco y decidió acudir con una de sus profesoras de confianza, quien estudió Ingeniería en Tecnologías de la Información para preguntarle qué pensaba al respecto.
Cuando Helena le contó a su maestra lo que escuchó acerca de las carreras TIC, la profesora le platicó que, ejerciendo su profesión, se ha dado cuenta de que la situación está cambiando, ya que las empresas han reconocido que las mujeres aportan al trabajo nuevas ideas con perspectivas diferentes, además de que son más creativas al resolver problemas.
En ese momento, Helena se dio cuenta de la importancia de las mujeres en las TIC. Además, su maestra destacó lo valioso de su interés por la tecnología desde niña, y del impulso de su familia para que ella elija libremente estudiar lo que más le atrae.
Para respaldar su idea, la maestra le explicó que, decirles a las niñas que no estudien alguna carrera relacionada con las ingenierías o tecnologías es una señal de discriminación, ya que es erróneo pensar que solo los hombres tienen aptitudes para las tecnologías y las mujeres no.
Después de la charla con su profesora, Helena se sintió más motivada y con ganas de formar parte del grupo -cada vez más numeroso- de mujeres que trabajan para generar un cambio en el mundo de las TIC, las cuales son parte de las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).
Helena es un ejemplo de lo vital que es seguir impulsando a más niñas para que se adentren en estos campos de estudio y sigan marcando la diferencia en el mundo, por eso en Impulso STEM seguiremos promoviendo sus talentos.
“Las niñas y adolescentes necesitan tener modelos a seguir en cualquier carrera que elijan, de manera que puedan imaginarse a sí mismas llevando ese trabajo algún día. No puedes ser lo que no puedes ver”.
Sally Ride, física y astronauta. Tercera mujer en viajar al espacio.
