Las ingenierías son carreras que eligen y estudian, en su mayoría, hombres. En México, solo 8 de cada 100 mujeres deciden dedicarse a estas profesiones, aun cuando hay una amplia necesidad de profesionales para cubrir especialidades técnicas.
Pero eso no significa que las mujeres estén desinteresadas en convertirse en ingenieras especializadas, pues toda la gama de profesiones y trabajos que se desprenden de estas disciplinas es sumamente amplia y apuntan hacia distintos intereses que han despertado la curiosidad de chicas en todo el mundo. Seguro has escuchado nombres de grandes ingenieras que han sido reconocidas con premios y portadas de revistas, pero todo empezó con un sueño y la barrera que, en muchas ocasiones, representó ser mujer.
Tal es el caso de Miriam Cruz Ramírez y Mahely Juárez Mendoza, dos egresadas de la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO) de las carreras de Ingeniería en Tecnologías de Información y Comunicación e Ingeniería en Mecatrónica, respectivamente. Ambas son originarias de Oaxaca y cuentan una experiencia similar, donde sus sueños y metas las llevaron a estudiar en medio de un ambiente dominado por hombres, pero del que pudieron sacar provecho y lograron destacar gracias a su dedicación y disciplina.
Miriam suspendió sus estudios tras finalizar la secundaria, pues su familia necesitaba de su apoyo para la economía en casa, pero ella siempre tuvo en mente poder cursar una carrera profesional. Así, ella comenzó a trabajar reparando computadoras, sin siquiera tener un correo electrónico. Con el paso del tiempo, y un movimiento laboral que la llevó a una empresa de instalaciones eléctricas, las herramientas digitales despertaron su interés por dedicarse definitivamente a esta profesión y la impulsaron a cumplir su sueño de estudiar en la universidad.
Tras combinar el trabajo con el bachillerato abierto, llegó el momento de dar el siguiente paso para cumplir su sueño. Después de investigar en qué universidades se podía cursar la carrera de TIC’s, Miriam llegó a la UTVCO, no sin antes enfrentarse al gran estereotipo de toda ingeniería. “Me cuestionaron mucho si podría terminar una ingeniería, pues las materias que debía cursar eran muy difíciles; me decían que me iba a costar mucho trabajo porque la consideraban una carrera para hombres”, relató la graduada con mención honorífica y con el mejor promedio de su generación. Ella sabía que tenía otras opciones de carreras con una mejor oferta laboral en su natal Oaxaca, pero su gusto e interés por las nuevas tecnologías la mantuvo firme en su sueño, y hoy es más consciente que nunca sobre lo importante que estas herramientas son para nuestro mundo. “Ahora en la pandemia ha quedado más evidente cómo la tecnología nos ha ayudado mucho para continuar con nuestras labores a distancia”.
La historia de Mahely es similar, pues ella siempre buscó una profesión que la impulsara y le permitiera mejorar y evolucionar la industria a través de la inteligencia artificial. Fue así como decidió estudiar Ingeniería Mecatrónica, carrera que retoma disciplinas como la electrónica, mecánica, neumática, programación y control, entre otras.
Ella fue una de las tres alumnas que conformaron la segunda generación de esta ingeniería en la UTVCO, donde tuvo la oportunidad de trabajar en un proyecto que incluía la creación de un modelo humanoide. La construcción de un robot le apasionó tanto que hizo que apreciara aún más su carrera. Con el tiempo, surgió en ella el interés de hacer uso de la inteligencia artificial para ayudar a otras personas que, por condiciones de salud, lo necesiten. Gracias a sus buenos resultados como estudiante, consiguió un puesto como supervisora en una planta de envasados de refrescos y aguas, convirtiéndose así la primera mujer en ocupar una posición así en dicha empresa. “Recuerdo una ocasión donde tuve un dilema con un superior de trabajo, donde minimizó mis conocimientos por ser mujer y tener menos años que él en la industria, pero yo le respondí que le enseñaría el método para hacer lo mismo que proponía, pero de forma más eficiente y ahorrando recursos. Así me gané su respeto y el de muchos compañeros, por eso creo que a pesar de que haya personas que quieran interrumpir tu trabajo, no debes darte por vencida”.
Suena sencillo, pero al igual que a Miriam, las ideas preconcebidas que existen sobre las ingenierías se presentaron en su camino, con múltiples personas recordándole que se estaba metiendo en un mundo de hombres. “Mucha gente cercana me preguntaba por qué me metía a una carrera para hombres si era un trabajo pesado, pero yo siempre les contestaba que las carreras no tienen un género, no es como que las ingenierías sean hombres y las licenciaturas sean mujeres”.
Hoy Mahely se desempeña dentro del área de validación estatal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mientras que Miriam es coordinadora del Centro Universitario para el Liderazgo de la Mujer, mejor conocido como CMujer.
Ambas han puesto en acción todo lo que aprendieron en la universidad y han roto los esquemas que tenían frente a ellas, demostrando que las mujeres en efecto quieren y pueden ser ingenieras.